Todavía recuerdo la época en la que mi padre trabajaba los sábados por la mañana. La época en que metía un montón de horas extras produciendo detrás de su máquina y llegaba a casa cansado. La industria y la producción estaban en su etapa máxima. Había que conseguir sacar más y más pedidos, había que sacar toda la producción posible para abastecer a los clientes, la cantidad y el precio por encima de la calidad.
Las cosas han cambiado, pero no todas. Estamos en un tiempo en el que la industria productiva europea está en crisis, las empresas de producción están recortando, están aguantando o están cerrando si no lo hicieron en estos últimos años debido a que países emergentes producen exactamente lo mismo pero mucho más barato.
No es tiempo de recortes. Es tiempo de cambios. Es tiempo de invertir dinero y tiempo, y de meter un montón de horas extras en innovación. Es tiempo de volver a trabajar el sábado por la mañana y llegar a casa cansado.
Solo invirtiendo en innovación podremos lograr conseguir productos y servicios de calidad que añadan valor y poder ser competitivos en donde ya no lo somos. ¡Metamos horas extras!