A veces no nos damos cuenta o no nos fijamos de cosas tan sencillas como de cómo nos ven nuestros potenciales clientes en internet.
Queremos vender nuestra empresa, queremos vender nuestros productos o servicios, hacer marca, pero cometemos el gran error de verlo solo desde nuestro punto de vista. Cerremos los ojos un momento, pensemos y pasemos al otro lado. Pongámonos en el lugar del usuario.
Cuando nosotros vamos a comprar algo… ¿Qué hacemos?
Elegimos siempre alguna de las primeras páginas web de resultados, las que están bien posicionadas en Google. Entre las web elegidas buscamos siempre las que mejor nos muestran las cosas, donde los productos están más atractivos, las fotos se ven mejor y la información se encuentra manera fácil, donde explican las cosas de una forma clara y con datos más precisos. Nos deleitamos muchas veces con los detalles de las fotos del producto que deseamos, intentando casi tocarlo, tenerlo entre nuestras manos.
Y toca la hora de elegir, y nos fiamos más de una página web que nos da confianza que de una que no nos la da. Nos fiamos más de una página web donde nos explican claramente quienes son, donde los podemos encontrar y además nos da la facilidad para contactar por si queremos realizar alguna consulta o por si tenemos algún problema una vez hayamos realizado una compra.
Ahora es tiempo de abrir los ojos y no cerrarlos.