Seguramente se te ocurren ideas geniales.
Las buenas ideas construyen proyectos. Puedes regalar tus ideas geniales a un amigo, a una ONG o para alguna buena causa que merezca la pena. Hazlo, no lo dudes. Si trabajas en una organización y colaboras con tus ideas, siempre da lo mejor de ti.
Las ideas geniales por si solas generalmente no llegan a nada. Muy pocas primeras ideas han sido capaces de crear un nuevo producto, crear una empresa, generar más ventas, o han cambiado el mundo por ellas mismas.
Pero con las ideas geniales ocurre algo muy curioso. Esas ideas generan otras ideas, y estas a su vez generan otras ideas más que al final tras darle muchas vueltas (cuantas más mejor), llegan a crear un producto nuevo o a mejorarlo, a mejorar las ventas, a crear una nueva unidad de negocio, o incluso podrían llegar a cambiar el mundo.
Cuando una empresa u organización realiza un brainstorming (tormenta o lluvia de ideas) es precisamente eso lo que quiere conseguir, que una idea detrás otra, puedan llegar a generar otras ideas más y con estas llegar a dar con la idea más válida para resolver un problema o una necesidad concreta. Esa idea luego se trabajará en nuevas ideas y posibilidades para llevar a cabo ese buen fin. El trabajo perseverante, la investigación y la experiencia también hacen mucho.
Tengo la suerte de vivir de mis ideas, sin embargo no he cambiado el mundo.
A lo largo de los años he regalado, me han copiado y he vendido mis ideas. Si tu idea genial llega a buen fin puede generar a alguien muchos beneficios.