Mi perro se llama Serge y tiene 1 solo trabajo: venderse. Venderse para conseguir comida de humanos. Y digo comida de humanos por que su comida de perro siempre la tiene. Sólo se la come cuando tiene algo más de hambre de lo normal. Lo que el desea es nuestra comida, y sabe bien que actitud debe de tener en todo momento para venderse, y donde tiene que estar posicionado para conseguirla.
[Tweet «Por que mi perro, además de saber venderse, ¡también es un experto en posicionamiento!»]
El siempre está bien posicionado, siempre en los primeros lugares cuando la comida está cerca. Y siempre, gracias a su esfuerzo y a su tesón, consigue su merecida recompensa. Todos los días decimos que no le vamos a dar mas comida de humanos, que el tiene su comida de perro, y que esta va a ser la última vez que lo hacemos… pero mi perro se sabe vender. Sabe seducir con entereza, gracias a su confianza y a su actitud. Y es un verdadero experto en marketing personal. Siempre sabe cómo y dónde debe estar. En todo momento. En el momento adecuado.