Vamos a situarnos mentalmente en un escenario un tanto original.
No es lo mismo visitar un castillo medieval, que ser un invitado en un castillo medieval. Siendo un invitado a un castillo medieval tendrías una bienvenida al castillo, y disfrutarías una cena medieval en la corte frente al señor del castillo junto con otros invitados, de la música y el baile, y de la comida y la bebida hasta hartarte conmemorando antiguas épocas de reyes y bufones.
Hay una gran diferencia entre las 2 opciones y el castillo es el mismo. En la primera opción visitas un castillo, pero en la otra vives una experiencia que se te queda grabada para toda la vida, te hace sentir entusiasmado y deseas contárselo a todo el mundo, además de querer volver a repetir. Esta segunda opción fue una vivencia real que tuve muy cerca de aquí, en el castillo de Butrón (Bizkaia).
Solo si tienes un servicio que involucre la experiencia del cliente podrás ofrecer una propuesta de valor única y diferente y diferenciarte del resto de la competencia con una ventaja competitiva difícil de igualar, ya que el cliente cuando te evalúa no lo hace objetivamente, sino desde la percepción y la emoción. Su percepción hará una evaluación entre sus beneficios (principalmente emocionales) y los sacrificios (calidad / precio principalmente).
Si la percepción del cliente sobre tu producto/servicio supera sus expectativas el cliente será un cliente satisfecho. Si por el contrario la expectativa supera a la percepción (es decir una percepción débil sobre tu servicio/producto), tendremos un caso de cliente NO satisfecho.
Utiliza el marketing experiencial y el neuromarketing en tus presentaciones de tu empresa, de tu producto y servicio, y mejora la experiencia del cliente. ¡Verás la diferencia y como mejora la respuesta de tus clientes!
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